Ya sé que soy una tardona y que últimamente tengo esto un poquito abandonado... pero cuando tengo un ratito para cocinar y me salen cosas tan ricas como la que os traigo hoy, no puedo dejar de enseñároslas.
INGREDIENTES (4 personas):
16 champiñones (aprox.)
Para cocinarlos se necesitarán: aceite de oliva
3 cayenas
Sal y pimienta
Media cerveza
Media pechuga de pollo
Bechamel: 40 gr. de harina,
40 gr. de mantequilla,
1 Cucharada de queso azul
Leche
Sal y pimienta
Comenzamos poniendo los champiñones limpios en una bandeja de horno. Les añadimos un chorro de aceite, salpimentamos, añadimos unas cayenas para que dar un toquecito picante y un chorro de cerveza. Los metemos en el horno durante una hora aproximadamente a 160 gr. no muy fuerte para que no se nos tuesten demasiado.
Una vez que comprobéis que están blanditos, están listos para rellenar. Sacamos del horno y reservamos.
Mientras se hacen los champis podemos preparar el relleno: salteamos el pollo cortado en trocitos pequeños y reservamos.
Hacemos la bechamel: primero derretimos la mantequilla, a continuación añadimos el queso para que se mezcle con ella. Luego seguimos con la harina y cuando esté tostada incorporamos la leche. La cantidad dependerá de si os gusta espesa o ligera. En este caso mejor que quede espesa para poder manejar mejor el relleno. Salpimentamos.
Ahora simplemente queda mezclar el pollo con la bechamel.
Para manejar los champiñones es mejor que estén templados. Los descorazonamos (palabra que me encanta) con una cuchara (o con un descorazonador de frutas). Cortamos el tronco del champiñón en trocitos y se lo añadimos también a la bechamel, que aquí no se tira nada!
Vamos rellenando los champiñones con la bechamel ayudándonos de una cucharita. Ponemos un poquito de queso para gratinar y metemos unos minutos en el horno.
Os aseguro que queda espectacular y aunque parezca que lleva mucho trabajo, solo se necesita un pelín de paciencia para rellenar los champis.
V.
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